jueves, 3 de diciembre de 2015

Cielos abiertos y niños descalzos Luz Marina Almarza






Cielos abiertos y niños  descalzos
Luz Marina Almarza

Conocer a esta maravillosa poeta me lleva a retroceder más de una década en la 1º Bienal de Literatura Orlando Araujo, en el año 2000, en Barinas. Quién le conoce queda atrapado por su voz dulce, ojos grandes y pestañas gruesas, como lo noche misma; sus atuendos largos, igual que su cabellera negra larguísima, muy  lisa, imaginándome ver a una princesa del lejano oriente; y su calidez al acercarse a ti a saludarte, como si te conociese desde mucho antes.

Al editar Monte Ávila Editores, la  preciosa antología de haiku, con tres de sus libros, “Huésped del Alba, 2006, no dudé en adquirirla de inmediato. Este volumen de textos obtuvieron una mención en la 2º Bienal Orlando Araujo, 2002; para mi mayúscula sorpresa es que a mí, de igual manera se me concedió una mención allí con mi trabajo Vislumbrar el cielo aún inédito. La poeta,  amiga en afectos y cercana en nuestra forma de poetizar,  WafiSalih, me llena de alegria hacer un ensayo sobre sus libros de haiku; tomaere  9 de sus 14 libros de poesía;  pues ambas sentimos, el regocijo  por esta forma tan prístina de hacer mágia poetica. Catorce libros de poesía, en poco más de dos décadas nos habla de un poeta a tiempo completo
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WafiSalih nació en Valera, Trujillo, en 1966. Es graduada en  Castellano y Literatura y magíster en Literatura Latinoamericana. Se ha desempeñado como docente de la Universidad Pedagógica de Barquisimeto y ha sido coordinadora de la Casa de la Poesía Hugo Fernández Oviol y de la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, Capítulo Lara. Sus publicaciones incluyen un laureado libro de prosa titulado El Dios de las dunas. En haiku cuenta con la compilación de tres libros Huésped del alba (Monte Ávila, 2006), traducido al inglés y francés. En 2009 El Perro y La Rana.
presentó Cielos Descalzos, un libro de haiku para niños, y el año pasado Ediciones Parada Creativa publicó Vigilia de Huesos. Recientemente, la editorial Rotulo ediciones, ha publicado su poemario “Con el índice de una lágrima”, 2015.

WafiSalih, Poeta intensa, hermosa, dulce, fiel, como su mismo nombre,  incansable en su escritura,que no detiene; no descansa mucho tiempo entre un libro y otro. Es una poeta que escribe una poesía sea en prosa, como el Dios de las Dunas,  (         ) El perro y la rana. O los libros restantes es una poesía de extensión breve, de una estrofa, de versos cortos, que nos da la sensación no del miedo al discurso verbal, poético, sino más bien, como quién se detiene a medir cada una de sus palabras, ya sea escrita con sangre, como el poemario citado o el último de su larga lista, o como otros que son también breves, pero escritos en otro tono, como quién toma la pluma de un pájaro para escribir con sutileza y libertad cada verso, sin caer en estridentes gritos, como nos causa el horror de una guerra sangrienta, en el Lejano Oriente, donde le tocó vivir desde muy niña.

En este trabajo me quiero detener en el haiku como forma poética muy hermosa, cultivada por ambas; en su lista de libros de poesía estáncinco:
ü  Huésped  del alba
ü  A los pies de la noche
ü  Caligrafía del aire
ü  Cielos descalzos
ü  Vigilia de huesos
ü   
A manera de información, en este ensayo,  -sin ánimo de cansar al lector atento y curioso-,me permito incluir unas páginas, a cerca de los conceptos del haiku; a pesar de que hay lectores de poesía que lo conocen, hay un grupo de lectores que aún no; y de los libros de escritura poética, de esta escritora reconocida en Venezuela y el extranjero, gracias a la traducción de sus obras en varios idiomas, el haiku es una forma poética que ella y esta quién escribe son formas poéticas que manejamos con frecuencia, a lo largo de nuestra creación literaria.

 El haiku cabe en una gota de rocío
                El   haiku es,  sin  duda alguna,  una de las formas más bellas de la literatura japonesa. Se trata de un poema corto de diecisiete sílabas, distribuidas en tres versos. Alcanzó su forma actual a finales del siglo XV y debe su nombre al poeta Shiki (1867-1902). Su estructura y forma  es descriptivo. Como flash que ilumina un instante, casi siempre un paisaje. El protagonismo se dirige hacia la naturaleza, contemplada en las diferentes estaciones del año. Estos pensamientos se encadenan con percepciones de muy diversa índole: nostalgia, humor e incluso religiosos, procedentes estos de la sabiduría del Zen.
Siendo de una tradición tan antigua el haiku conserva su forma métrica silábica, de 5 -7-5 y el tanka con dos versos más de 14 sílabas en dos versos pares. No pretendo acá en este trabajo extenderme en la historia del haiku, pero el haijin o poeta que los escribe no puede desligarse de la filosofía Zen

La naturaleza y el budismo Zen
Dijimos que el tema fundamental de la literatura japonesa era la naturaleza. Lo que se comunica en el haiku es la sensibilidad ante la naturaleza, cómo ver la naturaleza, cómo sentirla. En este punto la cosmovisión budista es esencial en la creación de Haiku. Destaquemos una vez más que los primeros poetas de Haiku eran todos budistas, empezando por Basho. En el mundo budista no existe diferencia entre las plantas, los animales y los seres humanos. A diferencia del mundo católico, todos estamos en el mismo nivel. De ahí viene la profunda simpatía que tenemos los budistas con la naturaleza, y el gran anhelo que sentimos por la naturaleza, especialmente la naturaleza estacional.
En este aspecto interviene otro factor importante que también tiene el origen en el budismo: conciencia de lo efímero de la vida humana.
 Al escribir un Haiku-en una forma tan breve se condensa, como una gota de agua salada,  manifiesta el anhelo de unirse con esta naturaleza cíclica y apropiarse de una pequeña parte de ella. Los poetas de haiku se vacían a sí mismos. Por lo tanto, las poesías de Haiku, a primera vista, parecen supremamente objetivas.
Aparentemente, no se distingue la separación entre un haijin con la naturaleza.
Aquí se podrá señalar la semejanza que existe entre el Haiku y la fotografía.  Pero el Haiku, en algunos aspectos, es superior a la fotografía. Este corte no se puede hacer en la fotografía. La luna y el sol, que están en los dos polos opuestos, no pueden juntarse en una misma fotografía.  Se unen en un mismo plano los elementos del poema, imágenes de diversos tipos,  después de pasar por la sensibilidad del poeta y esta unión se concreta en forma de este haiku maravilloso.
La estética de la cultura japonesa, que consiste en ese anhelo de unirse a la naturaleza y ese deseo de compartir el gozo de la belleza natural manifestado magistralmente en las poesías de Haiku
                En Japón, el analfabetismo es alto; pero gracias a las pinturas que acompañan al que escribe haiku, niño o adulto, igual vale en estos casos, es frecuente que ellos escriban a pesar de su condición pues toman de la naturaleza los elementos cotidianos para escribir; utilizados como sustantivos y adjetivos, que son las primeras palabras que aprendemos en una lengua para designar, nombrar las cosas, en cualquier cultura.

Características formales del haiku
El español Vicente Haya lo describe en cuatro palabras: “asombro por un suceso”. El poema no lleva título y no debe rimar y debe incluir un kigo o referencia a la estación o período que involucre al clima (lluvia, sequía, cosecha, etc.) y un kirijei o referencia al día o la noche. El haijin encapsula un instante y en tres trazos, en tres versos que contiene un breve poema,  desarrolla un universo en miniatura, una postal .
La ejecución de estas tres formas poéticas emplea el uso de la sinalefa y las leyes de acentuación para el conteo de las sílabas; es decir, si la última palabra del verso es aguda se le suma una sílaba, si es grave no se modifica el conteo, si es esdrújula se le resta una y sobresdrújula se le descuentan dos sílabas a la cuenta.
El haikú suele ser acompañado por un haiga o pintura de aparente sencillez relacionada directamente con la temática del poema, aquí vuelve a aparecer Bashō como su precursor
Otra tendencia reciente, para la elaboración de los poemas, viene de la escuela inglesa, que suprimen signos de puntuación como los puntos y las comas y el uso de las mayúsculas con la finalidad de conferirle la levedad que es su característica, asemejándolo más a los pictogramas japoneses que no llevan signos de puntuación ni mayúsculas.. Con esto se infiere que cualquier persona está capacitada para escribir un haikú siguiendo las instrucciones. Es por ello que en Japón, donde el analfabetismo es casi nulo, es difícil encontrar a alguien que en su vida no haya escrito uno.
Por lo descrito anteriormente, el haikú posee características propias y bien definidas en su formalidad y temática.
Atendiendo a este apartado Luis Andrade hace énfasis en el respeto que debe mantener la estructura como tal con el fin de perpetuarla, tomando como irresponsables aquellos autores que publican supuestos haikús sin siquiera mantener la estructura silábica de 5, 7 y 5. Aunque muchas traducciones no nos lleguen de esa manera, es deber del haijintratar de ajustarse con fidelidad a lo establecido y, a partir de allí, rendirle tributo a la inmensidad que se concibe en un instante.
Vale destacar que apenas realizamos un intento por acercarnos a la esencia misma del haikú, ya que el originario suele estar imbricado en la filosofía zen y en la concepción que manejan los orientales de la naturaleza en su esplendor. Podemos conformarnos con la adaptación de este estilo de poesía a nuestra lengua, cultura y modo de ver la vida.
Cielos Descalzos
De todos estos cinco libros de haiku, editados o no, que me ha cedido la poeta gentilmente, para este ensayo quiero detenerme un conjunto de 14 haiku, denominados Cielos descalzos, en donde quiero detenerme un poco.
Paradeterminarlo, según el especialista y estudioso en esta poética, Vicente Haya,                    las condiciones elementales, pues, no toda estrofa de 5-7-5 se le considera haiku.
La inocencia. Aquella cualidad intrínseca de los niños, que cada día se va perdiendo más prontamente, quizás por la contaminación en su alma y en su mente del uso indiscriminado y desmedido de los medios audiovisuales, desde muy temprana edad. La inocencia nos permite ver al mundo con ojos de niño; maravillarse por lo sencillo, que por serlo se convierte en extraordinario y maravilloso
                               “! En primavera
un burrito presume
su carga de flores!

El haiku, por consiguiente, no presume nunca  de palabras complicadas, rebuscadas ni extensas; al contrario,la poeta  utiliza palabras sencillas para describirnos con ojos claros, los que el haijin, escritor de haiku eso que ve, que le causa tanto asombro, le deja arrobado mirando, contemplando, que para otros  pasa desapercibido; es describir un microcosmos sin complicaciones ni oscuridades; lo vemos en un niño cuando va de paseo, todo le asombra, le alegra enorme, y nos lo señala con su dedito
“Titilan para mí
como árbol de navidad
los mangos”

Para ejemplificar algo,  el niño siempre usa comparaciones de su mismo mundo; sin complicarse la mente que no tiene nada de oscura, sino de sincera, y muestra además la espontaneidad que muchas veces nos hace reír juntos.
Otra cualidad de un haiku,  es indicarnos el presente, aquí y ahora, como ya lo hemos señalado, en los ejemplos, y el uso de una estación, de una atmósfera, una estación: verano-invierno, sol-lluvia, primavera-otoño, frío-calor:
“Un caballero
mi gato con bufanda
en el invierno”,

Esta palabra que designa la estación es lo que los japoneses llaman Kigo.
“Visten las ovejas
del niño en su cama
pijamitas blancas”

 Si el niño usa pijamas para dormir, a las ovejitas que él ve en sus sueños, al adormecerse pues igual, según su lógica de niño. Si el haiku ha sido catalogado con la simpleza, que no es tal, ni por ser un poema breve, con apenas 17 sílabas o algo más, con cierta libertad en el poeta, el niño agrupa, condensa en su mente un mundo propio  que el apenas logra describir con franqueza.
“ Una sirenita
galopa en mis sueños
caballitos de mar”

En este hermoso libro de haiku para niños, Cielos descalzos”, como los niños que corretean por la casa, por el patio cuando van a jugar, a recoger los mangos del jardín, ella toma prestado las palabras, que el niño conoce, juega con ellas, porque son sus juguetes que lo hacen feliz. Cometas, sirenas, caballitos …
“Juegan los niños
piedritas por soldados
les da el camino”                         

Si un haiku de los cientos o miles que puedes llegar a escribir te sale así, déjalo estar, consérvalo junto a los demás y no te obsesiones por  cambiarlo. Pero ni lo busques ni lo exhibas, porque puede llegar a ser una trampa.
Muchas veces, encontramos en los grupos de internet, personas, poetas que escriben haiku, porque les fascina, les encanta su esencia, como lo es lo que percibimos maravillados por los cinco  sentidos, pero la poeta, como niña al fin, se toma la libertad, en estas estrofas que nos regala para asombrarnos, a unos y otros, las amplitud, de tomar prestadas un par de sílabas más, de las diecisiete, tomando el ejemplo.

En este caso, la poeta se vale del recurso, muy bien empleado del diminutivo “piedritas”y otros como: sirenitas, cangrejito, monito, pijamitas...

A veces se dice, que el mal escritor abusa de los diminutivos, pero en este caso, el que habla es un niño poeta, ella u otro pudo haberlo escrito, expresado, y por lo tanto, los elementos, animales u objetos, según los ve, son pequeños, y no grandes, como lo ven los adultos, que en este libro para niños, lejos de empalagarnos, nos hacen meternos dentro del libro y sus imágenes, construidas  por él.

“En el cielo
una odalisca de papel
mi cometa”

y este otro, que nos deslumbra y llena de gracia y comicidad:
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“Piedra verde
la iguana parece
un rey viquingo”            

Concluyendo, un haiku es una forma poética que nos llena de asombro,  que da para escribir todo el asombro que cabe un una lágrima, propia de una cultura originaria, lejana y mágica que heredamos, de la que no podemos desligarnos, - en forma, esencia, temática y espiritualidad- que no nos deja de apresar, por su forma de ver el mundo, fijarnos hasta lo placentero de la naturaleza misma.
Cielos Descalzos es un breve libro para niños, de 14 haiku apenas,  usada por adultos que se hacen niños, como es caminar descalzos, ver el cielo lleno de nubes y formas y jugar y soñar con ellas.
Luz Marina Almarza Linares.
Barinas, Noviembre 2015

HIJA DE AGAR Tomás Martínez Sancho

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HIJA DE AGAR


La encontró el Ángel de Jehova
junto a una fuente de agua en el desierto,
y dijo: ¿de dónde vienes y a dónde vas?
Gn 16,7-8


Con el poemario El Dios de las dunas agotado, no me resisto al intento proponer algunas claves para su lectura, consciente de mi acercamiento fragmentado -limitado por tanto- a su texto.

Guían esta propuesta de lectura los versos de la Torah hebrea que preludia el ensayo y este otro fragmento, tomado del poemario:

Drusa por toda la tierra, cargo el peso de otra que soy, perdida para siempre en el estanque de lágrimas, hacia mí en el espejo. Infierno celeste, proyecta un abismo de ángeles.

De aquí que divida mi ensayo en tres partes principales: hija de Agar, oasis-estanque-de-lágrimas y preguntas.

Es atrevido este ejercicio, por cuanto desplazo el sujeto de los poemas propuesto en el título, del Dios de las dunas, hacia la hija de Agar. Asumo el atrevimiento.


Hija de Agar

Drusa por toda la tierra es un modo de ser, ser cargando el peso, ser perdida. Como Agar, hija de Agar, expulsada, errante entre las dunas, distanciada de una tierra que se le negó, abocada al mundo.

El texto poético, en primera persona, se despliega tras una identidad que se reconoce entre gemidos y lamentos, desconocimiento, ensimismamiento y captura a tientas.

Una raza gime en mi nacimiento… Nativa de un país mío y desconocido. 

Ceñida a los rituales de un país sin lugar en los ojos, a tientas capturo su heredad, presente desde siempre en la mártir voluntad de los lamentos. Intemporal, telúrica, ensimismada, hija de Agar, esclava y princesa...

Princesa también. Investigaciones recientes en torno a los relatos antiguos de la Torah, apuntan a nuevas lecturas de esos textos en las que se pone de manifiesto el liderazgo de Agar entre su pueblo.

Savina J. Teubal (1997) postula una sociedad matriarcal en el Antiguo Cercano Oriente, dedicado al culto de Diosas como Inanna en Mesopotamia, Isis en Egipto y en Canaán. La designación de Agar como egipcia debe considerarse en el contexto de la historia de Egipto, donde las mujeres disfrutaron "igualdad jurídica notable" en su mayor parte. La experiencia de Agar en el desierto junto al oasis sería una experiencia referida a la adoración de "El-roi", una deidad del desierto, y a la institución de un Matriarcado del desierto. Teubal sugiere que Agar era sacerdotisa, e incluso hija de faraón.

Esclava y princesa, por tanto. Dualidad del ser.

¿Oasis?

La poeta proclama la pregunta de Agar, la pregunta desde su experiencia de arrojamiento, de ser arrojada. ¿Quién es este Dios del  padre Abraham que expulsa al desvalido? ¿Qué hace este Dios adormecido en su reino celeste? ¿Cuánta muerte y desolación se esconde en su cuerpo? ¿Ya no recibe, ni mucho menos responde, las cartas de sus fieles?

“Hashem es Dios”, “Ala es Dios”, “Jesús es Dios”, siglo tras siglo, deseo sin cuerpo, en el  letárgico zafiro del cielo. La fe, esa maldición.

¿Cuántas cimas se abisman en tu nombre? ¿Cuantas tumbas hay en el pecho de Dios?

Rota la oración donde la muerte, pesadilla  en los restos de la noche, desprende una carta escrita ¿para quién?

Noche en dos pedazos, Dios mutilado por su distancia.

No obstante, el Ángel del Dios encuentra a Agar junto a la fuente. ¿De qué ángeles y dioses se trata en los poemas? ¿qué dioses la arrojan o qué ángeles la encuentran?

El oasis, fuente de agua, es un espejo en el que Agar mira su dolor. El agua del desierto, con frecuencia salvadora, es aquí abismo e infierno, muerte del primer Dios abrahámico quien la arrojó de las seguridades familiares al peregrinaje de las dunas. Son ahora Ángeles de la duda, parpadeo de astros, proyecciones celestes en el abismo, convertidas en infierno. El agua del oasis se confunde con la lágrima.

Perdida para siempre en el estanque de lágrimas, hacia mí en el espejo. Infierno celeste, proyecta un abismo de ángeles.

Febrero. Espejo interminable me precipita en el íntimo desvarío de mi sombra. Condenada, la imagen me refleja el parpadeo inagotable de un astro. Lo vivido moja sin parar una hilera de fósforos.

¡Herida de estar aquí!, invisible, vuelta a mí, fatigo el discurso del aire, la imposible risa en la ola elástica de sus lágrimas, donde disputan los perros los restos de la noche.

El Ángel que encuentra a Agar entre la dunas, en el texto de Génesis es Ángel-mensajero del Dios que ve (El-Roí), es Otro. La poeta lo percibe tan solo entre tinieblas. Es el Dios de las dunas. Los verbos lo indican: país perdido, parte de mí que ya se ha ido. Secreto incendio, cielo inexistente, noche tendida….

Ángel, en la longitud del cansancio
Ángel, país perdido en los volcanes
apagados de la paciencia

Ángel
Bautizo otra parte de mí
que ya se ha ido

Ángel
Dos lugares en una misma hora

Esqueleto del viento
contra el espejo del aire
secreto incendio
del pueblo donde el cielo no existe

Angel
Hoy en las calles no hay piedras
sino noches tendidas

¿De dónde vienes? ¿A dónde vas? ¿Dónde resides?

Desde tal oscuridad, es como si el Ángel preguntara. La hija de Agar responde.

Vengo de la desolación, morada de un ángel desprendido del nombre, mi juventud en otra que soy.

Va hacia ninguna parte. Queda detenida. Su ser llamado al vuelo, su ser de alas, es constreñido en la inmovilidad.

Hacia ninguna parte la vida se ha ido. Un amor negado por la muerte. ¿Quién sino tú, Adbel, en la boveda del aire, avanza en mi centro detenida?

Dobla las ánforas de una ciudad / prolongada / de alas  / inamovibles

El niño que fui no ha cesado.  Me enseñó el hálito fijo, la duración en el aire, súbito brote de lo oscuro entre la mirada y la forma. El puente del vuelo encontró su origen.

O tal vez gira y gira, inestabilidad de la casa-tienda del desierto: astro permanente, en órbita incesante.

Ensayo un lugar bajo el sol. La desposesión me reconoce de este estaño sumergido en tu acento de órbita incesante.

Mi casa, una tienda en cualquier sitio // Corazón de astro permanente / en su abandono

Apuntes formales

El estilo de estos poemas recuerdan en algo a Ramos Sucre, del que la poeta respira su atmósfera. El mínimo uso del que, el yo como sujeto, son indicaciones formales, entre otras, de este espacio común. Es un asunto ya tocado por otros.

Se descubre, no obstante, a lo largo del poemario, cierta evolución y diversidad. Evolución hacia algunas formas concentradas más que surgirán con toda fuerza en los haikus y, en relación con el tema del poemario, en Con el índice de una lágrima. Así sucede en el poema Ángel, o Mi casa, una tienda en cualquier sitio.

Los tópicos comunes al poemario Con el índice de una lágrima

Se descubre en ambos la mención de:
a) el país, la familia, la raíz;
b) el sufrimiento, el dolor de la tierra, la violencia;
c) el oasis, espejo, lágrima;
d) la presencia-ausencia espiritual: el Dios de las dunas, el abismo de ángeles, el infierno.

Puede verse mi ensayo Viaje del corazón y comparar con lo que antecede para evidenciar estos paralelismos.

Detallo otro aspecto más, la presencia de aquí y allá, mostrando un par de textos de El Dios de las dunas. Lo cotidiano del café, o el paso de una hormigas en el presente y el aquí, conduce lejos, a la memoria del allá, de la infancia. Sidón desolado, señala la ausencia de un yo lejano, sufriente, casi fantasmal.

Sólo comienzo en lo infinitamente interminable. Nada tiene lugar mientras enfrío una taza de café sobre la mesa. Y leo tu infancia en el paso trepitante de las hormigas, paraíso fantasmal de luz espinada como una blasfemia.

Sidón. Pueblo de huesos sin cuerpo, sepulta la raíz del aire, el vértigo de la desolación. Hay algo en ti señalando un lugar ausente ¿Seré yo doliéndome en tus calles?

Y hasta aquí mis apuntes, con la apuesta a una nueva edición de El Dios de las dunas que nos permita recrearnos y recrear, en proceso hermenéutico permanente, estos hermosos y profundos textos.

Referencia: Savina J. Teubal (1997), Ancient Sisterhood: The Lost Traditions of Hagar and Sarah. Athens, Ohio: Swallow Press/Ohio University Press.