HAY KU: A PROPOSITO
DE LA LETRA Y EL ESPACIO
En la obra de
Wafi Salih.
Roger Herrera
Prolegómenos:
Conquistar el espacio del papel en
blanco, nos plantea a quienes con el formato y soporte trabajamos, fomentar la
reinvención a manera de juego de una escritura, bien sea sólo por el
placer de trazar, bifurcar, eludir o
aludir con puntos, líneas y señales el topo aludido, sino también desde la letra propiciar un universo que por leve no
desmerezca el discurso y por preciso u objetivo, no arruine la economía del lenguaje.
De dicho lenguaje y sus formas de decir,
podrían tratar estas líneas, pero es a propósito de una de sus formas de
expresión más acabadas y concisas (refiérome al hay Ku), de cuyo tema
trataremos a continuación, en esta
humilde y singular propuesta.
Sabido es que en el zen nos adiestramos a
través del sufrimiento y este aprendizaje no es más que una suma de
experiencias la mayoría de las veces dolorosas. El zen es a su vez el camino o
un adiestramiento espiritual para poder
discernir sobre ¿qué camino escoger, qué decisión tomar? Sin ánimos de
apuntalar el oficio de poeta como una
suma de virtudes, deseo destacar que para los verdaderos poetas el oficio se
convierte en un camino y he aquí una de las nociones que nos acercan al zen y
su especificidad como complemento a la hora de construir u escribir un hay ku.
Por ello, creo que un verdadero poeta
puede llegar al conocimiento o experiencia de
conocer el Nirvana porque está
aquí y ahora, sin pecar de humildad o siendo evidentemente humildes un poeta,
hijo por supuesto de la brevedad puede conciliar y conocer la iluminación a
través del ejercicio espiritual del zen.
Gozo y dolor placer
y dolor
Gozar del poema significa liberarse, ello
viene dado en cuanto y en tanto el poema es libre por naturaleza, aunque es y
hace parte del pensamiento, logra fugarse por los intersticios de la imaginación, incluso nos juega bromas y
peripecias por ende gozo y dolor son aditamentos del hay ku.
A propósito de la
obra de Wafi Salih.
Basados en la hermenéutica y sustentados en el rigor y encantamiento que
obsede esta forma en la escritura muy
particularmente en la noción aportada
por la escritora Wafi Salih,
propongo desde estas líneas vivir la experiencia de su letra en la elaboración y búsqueda del esplendor,
en el encuentro con el satori, ese guiño de la iluminación, ese instante
iluminado donde la conciencia - en este
caso de la letra-prevalece queda pululando en el papel.
Las palabras de esta poeta, están llenas
de perdón, de arrepentimientos, de gozos donde el recuerdo – otro instante- ,
otro fulgor. Pueda que nos muela. Quizás
despierte en el lector, la complicidad
arquetípica entre la víctima y el victimario. Es como sentirse
secuestrado por la imagen, dejarse llevar por todas estas exploraciones que sin lugar a dudas nos socaban, nos
abrazan, nos conminan a la reflexión y a la duda. Por ende retornamos como un
boomerang, una vez más al apego y al rechazo, recibir para no conservar, creer
que nuestras riquezas están basadas
precisamente en ese despojarse donde las necesidades dejan de serlo, para
entrar al reino de la humildad y la modestia. Al reino de la palabra en Salih.
Invito al lector a trasegar por la
letra, de Vigilia de huesos:
Llora un
niño
y esta rosa
que cae
dos
abismos p. 19
Pasan los años
En un viejo cuaderno
Letras borradas p. 28
Vacía para
mí
Colmada de
palabras
Ésta tu
carta p.60
País
derruido
Un lamento
la lluvia
Sobre las
piedras. P 39
Vigilia de Huesos:
El Instante Iluminado
“Siguiendo el sabio consejo de Chuang –Tsé,
uso su mente sólo como un espejo.
No aferró nada, no rechazó nada.
Recibió, pero no conservó. “
Después de la iluminación, ¿Será que nos
percatamos de la maravilla de nombrar con palabras?, dada la poesía sin
ataduras, sola, desde la visión directa y personal sin mediación - sólo
entonces la lluvia, será la lluvia-; como la flor a la que se refiere el
William Wordsworth al regresar del Paraíso, sin duda, este tipo de expresión,
la cual no se separa de la realidad sino
que vive y dilata dentro de ella, es lo que
percibo en la voz de Wafi Salih.
Palabra u Energía
Circulante
Sonrisa
interior u energía en circulación en la letra del Haiku, versos
que no suelen tener rima, concisos, plenos de intensidad, formados por cinco,
siete y cinco sílabas. Palabras hechas desde la vivencia, donde nada está
separado todo es conexión, donde es
menester - pensar “… con los ojos y
los oídos”, desde la Vigilia de Huesos.
Vigilia de huesos: La Puerta del HaiKu
Vigilia de huesos, el sentir edificado
desde el Haiku alude al arte Zen;
lleno de percepciones y en una filigrana delgada y transparente donde los instantes se hacen únicos e irrepetibles. Donde cada
gesto es simple en su universalidad, cada acción es verdadera por su llaneza,
cada palabra, cada grafo se hace palpable en el papel como el latido del
corazón.
Ser lo que uno es.
Aceptarnos como un grano más
del polvo del universo donde no es
necesario el tránsito por el pensamiento. En estos poemas de Wafi Salih, se
vive lo único e irrepetible sin desmedida; no se ansía nada; están los versos faltos de ira, alejados de la envidia y del furor. Está
allí en el papel como el mundo; una puerta
hecha a la medida de los seres vivientes. Sin
lugar a dudas el presente avanza en su detención a un accionar del yo
privado del egoísmo; amparado en el corredor insólito del universo donde el
ying y yang hacen vórtice en la respiración; sístole y diástole de la
armonía donde es iluminado el hueso de la letra en la vigilia irradiante del Haiku.
Impulso y normativa
de la letra.
La prudencia y la humildad que acompañan
el Ki o intención de estos textos permean en el lector una puerta invisible
hacia la unidad cósmica; la búsqueda del do (el camino) en el Karate Do o bien el Tao, a mi parecer cada Haiku es
una forma, una elaboración rigurosa llena de desprendimiento aunada a la Unidad
con el universo, un cielo despejado (en el papel) donde la palabra es soplo vital que mueve los juncos de la vida.
También lo invisible tiene cabida en
estos hallazgos donde lo infinito se
postula desde el cuerpo, donde cada gesto es alterno en sabiduría con las
plantas y los seres más insignificantes
y en cuyo fulgor, arrobados, nace
nuestro consentimiento y respeto por el Otro. A veces la palabra
es solo mancha, en ocasiones solo
sombra, plausible al abrigo de la luz, es
el salto de un felino, la gracia de la grulla; cada voz, cada acento es día y noche
irremediables en el Tao (camino) en Lao- Tsé en ese “sentir absoluto” u apariencia de
infinito regido por la respiración y en concordancia con impulsos soterrados
intuyendo la cascada, el agua, la burbuja, las rocas, el descenso. Diremos,
para dar fin a estas líneas que esta poeta y escritora retornó al estado de gracia intuyendo en el
abismo la aprehensión de lo real la visualización de lo oculto para mostrarnos
ese “ otro mundo“ vaciado
egoísmo, expulsado de dolor donde convergen la irrepetible y
sincera experiencia de la Vigilia de
Huesos.
El Zen:
Estas formas iluminadas, cuyo proceso de
irrupción se da de forma gradual, como
un cumplimiento de las etapas para llegar al de sí mismo, que a través de
variadas y disímiles experiencias, terminará por acercarnos a estos textos,
como relámpagos cuyo nivel intuitivo y fugaz de elaboración pueda que
constituya eso que denominamos: poema.
Este conocimiento que es como ver a través de un vidrio o caminar
encima del papel cebolla y no llegar a rasgarlo, -un poco-, controlando nuestro
peso, movimiento y desplazamiento de dicha energía encima de tan delicado
soporte…Quizás creamos que hemos logrado el satori (….) o tal vez solo
nos acerquemos al satori menor.
Empero nos hace falta para constituirnos
como el hombre múltiple, las siguientes aditivos “3. El
hombre es múltiple. Los cinco skandhas
describen la personalidad y son verdaderamente Anatta, sin ninguna clase
de yo que los separe del incesante flujo de Principio del Vida único que
utiliza cualquier forma, pero que no está contenido en ella. Pero los skandhas
no componen al hombre. No se mencionan aquí a la voluntad: “La voluntad es
el hombre y el Zen apela a ella”
(Susuki). Ninguna mención se hace del
Manas, la mente multi-funcional, del Bhuddi, la intuición, o de Atman.
Todos son aspectos del hombre total, y para la iluminación total son necesarios
todos. (Humphreys; 1876., P, 85)
Basados en estos principios el arte
poético está y es propicio a convertirse transmutarse en esplendor desde los
lineamientos del zen.
Por ello, sería enriquecedor, acercarse a
la lectura de la ya citada escritora, un poco para puntualizar, la praxis y
despojamientos que nos desnuda este sujeto histórico, cuya clara esencialidad
puede ser observada en los contenidos, que a continuación les presentamos:
Sombra muda
La diminuta rana
Sobre la hoja
(P, 47)
Un sendero
de hormigas guía al vagabundo
esta tarde
(P, 54)
Desde la rama
el gorrión lee el agua
sobre la piedra
(P, 19)
Intuitiva y dada a una voluntad
indoblegable se dan en la artista de la letra la posibilidad infinita donde el
frágil junco no se deja vencer por el viento.
Dado ello, a su flexibilidad. Flexible el
mantis, flexible el grillo o y el saltamontes,
prestos dichos seres a combinar gracia y movimiento en comunión con el Principio de la Vida….
Quizás en el empeño de no trazarse
grandes metas este el ideario de los maestros zen y por ende de los poetas. En
la minúscula aspiración tal vez se hallen los pequeños destellos o relámpagos que
suscita vivir en estado de contemplación a la espera “eterna” de lo fúlgido de
lo instantáneo. Del hecho instantáneo de
la revelación prodigiosa en la letra: el poema.
Esta poesía hecha de pausas, respiros y
silencios, está habitada por espíritus
que prestan o dan ánimo al hacer poético.
La forma dada su fuerza vital sugiere su “ser”-idad o “mismidad,
conocida como (tathata). Un poco es ver las cosas como son, en
su propio ser (swabhava)
Maya es ilusión tejida en cada acto que abarca
esta palabra alejada de la insensatez, proclive a la mesura
en búsqueda de la armonía.
Estrategia del
despojamiento o como alumbrar el poema
Entendiendo el término despojarse,
como una forma de renuncia, donde el único botín en términos de la guerra sería
la consecución de la gloria,
la heroicidad, o postular el ejemplo como paradigma. ¿Dónde
cabría este despojarse desde la noción
de la poesía? Viéndolo desde este punto
de vista o en general desde la
literatura. Escribir, no es un acto que
sólo este dado para conquistar trofeos,
premios, reconocimientos, sino para
conquistar nuestra paz interior, acendrar
nuestra humildad y comenzar a generar un campo energético donde las virtudes y
la bondad vayan de
la mano con el producto escrito.
Claro está, estos componentes tienen que
ver con una escritura transitada por un estado del ser donde lo primordial deje
de ser el Yo; donde el
egoísmo procure el menor atisbo asomo y
las formas o mecanismos ilusorios implementadas por Occidente no obtengan el
menor espacio posible,
tanto en la forma como en el contenido.
Siempre he pensado que tanto la poesía
como la guerra, son expresiones del arte que si bien se saben llevar, hacen
merecedores a sus oficiantes de
la
paciencia como virtud.
Creo en consecuencia que mucho del meollo
poético, reside en CONOCERCE A SÍ MISMO es en esencia conocer lo que de
misterioso posee el
poema, eso por
supuesto no está de ningún modo divorciado con el contexto político social u
estético del producto realizado.
Atributos del texto
poético
La llaneza, la sinceridad, la osadía y el
decoro bien podrían suscitar un buen poema. Aunque sin lugar para la duda una
“otra” poesía puede nacer
suscitada por eventos terribles, donde
las consideraciones que vengo objetando, no tendrían ninguna importancia. Un
poco para demostrar lo que
anuncio en estas líneas, propongo leer
los poemas de Arthur Rimbaud en su obra
emblemática: “Una Temporada en el Infierno” o en “las Iluminaciones”:
“Una noche senté a
la belleza sobre mis rodillas, y la
encontré amarga y la injurié”. “Un soir,
j’assis la Beauté sur mes genoux. – Et je l’ai truvée amère.
- Et je l’ai
injuriée.
Poderosa la
palabra que dinero aun no le adorna
Y aludo estas nociones sobre la praxis de
la escritura y la poesía, tomando como referente las observaciones del libro el
“Arte de la Guerra” de Sun Tsu,
porque
considero que en cada uno de esos hombres y mujeres llamados poetas,
subrayar un arts poético, una inefable manera d componer, de llevar a
cabo el parir del poema y, estas formas de realización, tienen mucho que ver con las habilidades y por supuesto,
dichas herramientas están a su vez
conectadas a la ética y al compendio de
virtudes de cada escritor. Otro elemento que debemos agregar a este perfil es
considerar la ignorancia como un
estado de abatimiento, donde cualquier
elección corre el riesgo de ser fallida. Dado que el poeta podrá ser cándido
pero ignaro jamás. Sin mientes, deseo
expresar que la ignorancia es un estado de
deserción. Procedo a cerrar con esta frase de Williams Wordsworth –de mi
parte mal parafraseada- “Uno puede
hacer el tonto en todas partes, pero jamás en
la poesía”.
Breve Marco
Histórico-Literario
La poesía en cuanto tal, no es un mero
acondicionamiento histórico de la forma
ni de los aleteos o espasmos de determinados movimientos literarios que
contribuyeron
más al escándalo que al prestigio de sus
acólitos participantes. Toda esta corriente llamada de la brevedad, no es más
que un espíritu, una manifestación clara y coherente de
la
cultura humana expresada por los seres en el incesante devenir de las ideas y
acciones que conllevan al avance o retroceso, los cambios, las modas, en la
construcción del hecho poético.
Si por breve, consideramos de facto y de
un plumazo que es ya per se bueno, como anuncia la sentencia: “lo
bueno, si breve, dos veces bueno” expresada por Baltasar Gracián (1601-1658) ¿Qué quedará para
expresiones extremadamente cortas? como las creadas por Campoamor
o bien las de éste otro español, me refiero a las greguerías de Gómez
de la Serna (Autores contemporáneos). Igualmente breves son las coplas, los tercetos y de
signo antiquísimo perviven aun las musahawas y las jarchas mozárabes,
al igual que los zéjeles arábigo- andaluces y las tonadas.
Tonadas:
De ella, según palabra del investigador
venezolano Rafael Salazar, en su libro Venezuela, Caribe y Música
la tonada proviene de los antiguos cantos
de
Al Hida -ye hedia,
ye ye hedia, ye yeda, ye yeda-. Cantos lanzados al viento por los
camelleros beduinos en su lucha contra
la soledad y por ende obtener
la protección de Alá. Dichos cantos árabes fueron traídos por
cabestreros andaluces que a su vez los heredaron de los pastores árabes del
Magreb, los
cuales les
imprimieron el carácter melismático a los cantos de recolección de aceitunas,
naranjas y otros frutos.
En
el continuum humano de lograr a cabalidad la expresión poiesis y que la
misma, sea breve, posee un paradigma a seguir distinto a los sugeridos hasta ahora.
Esta forma se suscita en el mundo griego, en
la región de Laconia – lugar donde al parecer nace, - la brevedad- entendida
como rigor en el decir y una forma
adoptada
en el acto de la escritura. Este espíritu “Mediterráneo” como su luz
solar, invaden una manera, si se quiere peculiar de asumir el discurso,
en
el caso de éste escrito, nos referimos al discurso poético. Aunque de índole
diversa y con otros atributos, igualmente breves y bellos son los poemas
de nuestra civilización Maya y
sus sucedáneos en la América.
Máscara y Dualidad
No toda palabra puede abstenerse de la
oposición que se realiza, cada vez que el espíritu en su insondable búsqueda y
escisión del tiempo, propone en el
Sujeto – poeta-
el uso inefable de la dualidad y la implementación de la máscara como
herramientas espirituales y míticas,
cuyo propósito es restaurar
elementos del rito como del mito, en la
indagación del “Eterno retorno” y la conquista de la ensoñación de los
estadios fragmentados del poema.
He aquí que en esta impronta, nuestra Ánima
no reflexiona, es el Animus el que logra escalar los territorios de las
reminiscencias míticas, es decir, superamos
Y obviamos al conocimiento racional para
remitirnos al conocimiento de nuestro ser profundo, nuestro conocimiento
poético.
Nuestra dualidad es (Ánima y
Animus) y la máscara que asumimos es pertinente a nuestra herencia
cultural. Nuestro acervo va de la mano
con nuestros
Heterónimos. ¿No están cercanas o
invisibles en la letra nuestras sombras? ¿Acaso nuestros yoes no hacen parte de
nuestra vivencia mítica? ¿Las taras y
arquetipos habrán sobrevivido en vano en
nuestro subconsciente? Creo que somos parte de ellos y nuestro llamado es a
redimir este legado en nuestra letra.
Dos Fuentes para
una misma búsqueda
Nuestra síntesis cultural es tan diversa
que, probablemente convergir que esta hibridez, esta mescolanza, este dolor,
esta alegría
y
sabrosura de vivir, son los elementos constitutivos de nuestra identidad.
Sería sonso e irresponsable no advertir,
que somos la suma de muchas influencias, por ello es necesario aclarar que en
el caso específico
de
la obra que estamos “revelando”, que los textos que a continuación
interpretaremos, - subyacen – dos formas poéticas, heredadas a
su vez de dos culturas - fuentes-, de dos espiritualidades separadas
territorial y culturalmente en muchos aspectos, pero a su vez,
proponen, como forma escritural – la
brevedad-.
Noción, cuyo antecedente en el mundo
occidental es Laconia, en la llamada civilización griega: Síntesis cargada de
plenitud que alude la
Poiesis. Cuya elegante forma servirá luego a los llamados poetas alejandrinos
en pleno desarrollo del Helenismo, para vestirles con otra
belleza, más confusa pero no menos
honesta en su postulado estético.
Pero en este pequeño – pero necesario-
inserto sobre los griegos, no logrará
desviar mi atención. Ya que en cuanto a mí respecta la obra de Salih,
abreva en dos grandes fuentes: lejanas y
difusas; cercanas y borrosas con ese pulimento y sobriedad que da el tiempo,
cuyas pátinas no tienden a
enceguecer o desconcertar el ojo del lector, sino más bien al reposo
dado por la armonía en cuanto a forma y
contenido.
Me refiero a las fuentes del Tai Chi
cuyo tema ya hemos abordado sin agotar sus posibilidades, pero que de alguna
manera este esbozo, puede
servirle tanto a estudiantes como a
especialistas en la búsqueda común de revelar la obra de la poeta de origen
trujillano que aquí nos ocupa.
Refiriéndonos a otras posibilidades,
otros elementos a analizar e invitados a participar en esta mescolanza sutil
son las muwassahaas de raíz
Mozárabe
y las jarchas, cuya importancia para este análisis es de suma
prioridad.
Las Muwassahaas:
Son estas
musajas poemas líricos del siglo XI. Vinculadas a las
cancioncillas de “amigo” mozárabe. La literatura (poesía) española nació
lejos
del hecho bélico como se creyó hace poco y
cuya referencia usual es el poema épico del Mio Cid, el cual fue fechado
por Menéndez Pidal en
el
siglo XII (cercano al año 1140)
Las Jarchias:
Se denomina jarchia a la estrofa final
escrita en el dialecto mozárabe; no
es un estribillo, es más bien una tornada o tonadilla, finida o
conmiato.
Las jarchias siempre
aparecen al final de las musajas hebraicas, pertinentes a los primeros 50 años
del siglo XI.
Jareha o archya sf.- Del árabe jarcha
(=. derivado de jry =salir).
Estrofa final, en lengua romance que
formaba el estribillo de una moaxaja (poema medieval escrito en letra árabe o hebrea). Las jarchas constituyen los restos más arcaicos
de la lírica española. Fueron
descubiertas a mediados de este
siglo por S. M. Stern. Las más antiguas del año 1040. Las jarchas son breves,
pues raramente pasan de los cuatro versos, y se
valen tanto de la rima asonante como de la consonante. (Millán; 1996.,
P. 79)
Esta estrofa final tiene la suerte y
virtud de venir a deslindar nuestros antecedentes a favor de la lírica y no de
la épica. En estas jarchias incluidas al final de las musahas,
sobre todo por su brevedad, se hallan
otra de las fuentes primarias de la obra de la poeta celebrada en estas
líneas.
Sin embargo más allá del aporte donado
por la brevedad, no podríamos soslayar otras variantes o categorías de nuestra
literatura donde el signo de lo árabe se hace presente, a saber: El romance, la
tonada, el uso de “las sirenas” en el cante implementado en las guarañas
en las regiones de Altagracia de Orituco, San Rafael de Orituco, Lezama y otras
poblaciones cercanas.
El Zéjel:
El zéjel es un
trístico monorrimo con estribillo y, además (Esto es lo esencial), con un
cuarto verso de rima al igual al estribillo, rima que se repite en el cuarto
verso de todas las estrofas de la misma canción. “…ya que el zéjel no es un
trístico cualquiera, sino un trístico
muy particular, como no lo hay en la poesía latina de esos siglos” Sírvanos de muestra la composición número
51 del Cancionero de Baena, debida a Alfonso Álvarez de Villasandino,
que poetiza en los linderos d los siglos XIV y XV.
Vivo ledo con razón, } Estribillo.
amigos, toda sazón.
Vivo
ledo e sin pesar, } Mudanza 1.ͣ
pues
amor me fizo amar }
a
la que podré llamar
más bella de cuantas son. }
(Vivo ledo con razón, etc.)
Vivo
ledo e viviré
pues que
de amor alcancé } Mudanza 2.ͣ
que
serviré a la que sé
que me
dará galardón. } Vuelta.
(Vivo ledo
con razón, etc. )
“
(…) La composición de Villasandino tiene exactamente la misma forma métrica y
estrófica que el zéjel 14 de Aben Guzmán (2):
Y ᾱ… meliha ̓d- dunyᾱ, qῡl;
} Markaz (estribillo).
‛ala ̓s ent, yᾱ ̓bni, malud?
Ey anᾱ indak wagih,
Yatmaggag minnu wafih } Agsᾱn (mudanza).
Tumma f ̓ahlᾱ ma tatih,
Targa ‛anasak wasῡl, } Simt
(vuelta).
(Y ᾱ melīha ̛ ̛̛d dunyᾱ, qῡl; etc.)
(Menéndez Pidal; 1973., P. 18)
(2) A.R. Nykl: Cancionero de Aben Guzmán.
Madrid, 1933. (Llamado a pie de página)
El Romance:
En primer término es una forma de narrar,
puede ser breve o largo y posee un tono épico-lírico. Está constituido por
versos monorrimos los cuales poseen 11 sílabas divididas en dos hemistiquios de
ocho sílabas. Tienen rima asonante en los hemistiquios pares. Pero este
señalamiento es sólo un tecnicismo, como lo es la idea que continúa: El
romancee está constituido por versos de ocho sílabas, donde los pares, riman en
asonante.
Existen muchos romances que rompen con el
canon señalado aunque posean un relato y su tono tenga atribuciones líricas.
Por supuesto el romance como variante de la composición poética, surge
con el avance en Europa del latín vulgar, donde se irán constituyendo a su paso
las lenguas Románicas o neolatinas las
mismas son una rama indoeuropea del latín “hablado por el pueblo” y opuesto al
latín clásico. Este medio expresivo, tiene mucho del género crónica que
para el siglo (X) no había sido creada,
y sirvió en el pasado y actualmente
parar comunicar y difundir hechos, es decir se adelantó al papel de la prensa y
los medios de comunicación. En la edad media esta forma de composición poética fue difundida por el juglar, los músicos y el
teatro de la Legua. Actualmente muchas de estas estructuras junto con “la
Décima” y la “literatura de cordel” sobreviven en la radio bajo la firma de
grandes y pequeños canta- autores que revitalizan estas formas de escritura.
Caracterización:
Al iniciarse el canto de la primera estrofa que parece aislada, da el
pie para el alargamiento de un la natural, que abre con un:
Aaaayyyyyy sostenido.
Esta especie de alabanza o rogatorio se
semeja al ya conocido inicio de la oración o petición a Mahoma, ejecutado por
los cultores de esta creencia
o
seguidores de la cultura mahometana. La extensión de este la natural es un llamado, un ruego, una celebración, una
alabanza al padre del Corán o
libro sagrado de los musulmanes y se efectúa
en forma monódica.
Su herencia absorbida por nuestros
mestizados habitantes en este territorio llamado Venezuela y en parte de la
América morena, obedece a complejos
mecanismos que no abordaré en este
escrito. Dicho elemento es un apéndice fundamental en muchos de nuestras
expresiones mozárabes y Al- Andaluces.
En nuestra llaneridad aparecen reflejados
al inicio de ritmos como el pasaje, el joropo
y el golpe.
Como hemos visto a todas luces, la
brevedad como recurso o forma en la escritura y/ a su vez en su manifestación
oral, es someramente un hecho humano.
Forma de hacer y voluntad de síntesis que
nos atrae y cuyos complejos mecanismos hemos de ir avizorando e interpretando,
cada vez que sindéresis y reducción del discurso nos ponen a disposición de una
forma escritural que transita entre la filosofía y la praxis diaria de la vida,
una forma única alejada de las pasmosas reducciones occidentales o de modismos
edulcorados en algún aparte de la retórica francesa tan aventurada y tan
propicia al delirio a la celebración del absurdo.
Esta voluntad de hacer y comprimir los
instantes en relámpagos de versos, son la herencia del Hay Ku y sus
pormenores, dados a conocer de una original manera por quién nunca renunció a la paz interior y en su sosiego cerró las
posibilidades al egoísmo, al odio a la envidia y /a la ira. Hago votos a su
escritura y a su manera de construir y constituir la hechura de la vida. Hago
votos por la palabra hecha instante de oración e iluminación en Wafi Salih,
sólo el tiempo y los lectores nos dirán a la postre de que material están
hechos estos versos.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA:
Borello .Rodolfo A. Poesía medieval
española. (Selección) Centro Editor de
América Latina S. A. Buenos Aires, ©1970
Gómez, García Emilio. Poemas Arábigoandaluces, Quinta edición. Colección
Austral, Espasa-Calpe, S.A. N° 162, Madrid, 1971.
Chostras, Humpreys. El Zen visto por
Occidente. Editorial Dédalo, Buenos Aires, 1976
Vallicrosa Millás, José M. Yӗhudá Ha-Leví
Como Poeta y Apologista. Consejo Superior De Investigaciones Científicas
Instituto Arias Montano. Madrid-Barcelona, España, 1947
Wafi, Salih. Vigilia de huesos. Ediciones
Parada Creativa, C.A. Barquisimeto, 2010.
Revista TOPOI 1. Tomado de Diccionario
Básico de las Ciencias y Artes de Lenguaje. Por
Raúl Millán H. Instituto pedagógico de Caracas (UPEL) Universidad
Pedagógica
Experimental Libertador, Caracas, 1996
Ramón, Menéndez Pidal. Poesía árabe y poesía europea. Espasa-Calpe, S.A.
Colección Austral (Sexta edición), Madrid, 1973
Wafi, Salih. Caligrafía del aire.
Editorial Dédalo, Buenos Aires, 1976.
Wafi, Salih. Pájaro de raíces. Dirección
de Cultura Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado” (U.C.L.A).
Barquisimeto, 2002
Wafi, Salih M. “Las horas del aire”
UNEXPO, Vice-rectorado de Barquisimeto
Coordinación Regional de Cultura y Extensión. Barquisimeto, 1993
CITAS BIBLIOGRAFICAS:
Salih, Wafi. Vigilia de huesos. Ediciones
Parada Creativa, C.A. Barquisimeto, 2010. Pp (19, 28, 60,39)
Millán H. Raúl y otros autores.
Diccionario Básico de las Ciencias y Artes del Lenguaje. Tomado de la Revista
TOPOI 1. UPEL, fecha., P. 79
Menéndez Pidal, Ramón. Poesía árabe y
poesía europea. Espasa- Calpe, S.A. Colección Austral ( sexta edición ), Madrid, 1973.
Humpreys Chrostras. El Zen visto por Occidente. Editorial Dédalo,
Buenos Aires, 1976. P, 7
Humpreys Chrostras. El Zen visto por Occidente.
Editorial Dédalo, Buenos Aires, 1976. P, 85
Ibíd.; P. 85
Salih, Wafi. Caligrafía del aire. Alfalfa
Editorial, (Traducción al árabe y francés) España, 2007. Pp, (47, 54, 19)
ROGER HERRERA/ 15 de octubre de 2014
Correo Electrónico:
rhnavaja@gmail.com,
Número telefónico:
(0426) 516 92 05
ANEXOS
A continuación
algunos poemas tomados de los primeros
libros publicados por la autora, en
específico: “Las horas del aire”
1993) y Pájaro de Raíces
(2002). Refirámonos al primero:
Espera
En blanco
Nada
previeron
las lágrimas
de hoy.
(1993, P. 40)
Cenizas
A Magaly Acosta Oviedo
¿Hacia
qué fondo
se precipita
sin ruido
sobre mí
la niebla?
(Ibíd, P. 29)
Despertar
A Carlos
Cadenas
El tizón
del ojo
se enciende
reluciente
como un delfín.
(Ibídem, P. 23)
Del segundo libro,
ofrecemos los siguientes poemas:
ROCÍO
Me celebra
El goce
De la luz
En el agua.
(2002, P. 36)
En el Agua
El sapo
acerca la charca
cuando croa.
(2002, P. 23)
Nieve
Soplo
lo blanco
lo levanto
y lo veo
partir
Como palabras
En el papel
Borradas.
(Ibíd, P. 19)
A
Adriano González León.
Para cerrar,
unas jarchyas tomadas de: Poesía medieval española. Selección de Rodolfo a. Borello. Biblioteca Básica Universal.
Centro Editor de América Latina S.A. Buenos Aires, © 1970.
Pp 7-8. A saber:
1
Vayse meu corachón de mib,
ya Rab, ¿si se me
tornarád?
¡Tan mal meu doer li-l-habib!
Enfermo yed, ¡Cuando sanarád?
(Mi corazón se me va de mí. Oh Dios,
¿acaso
se me tornará? ¡Tan fuerte mi dolor por el amado!
Enfermo está,
cuándo sanará?)
2
¿Qué faré yo o qué
serád de mibi?
¡Habibi,
non te tolgas de
mibi!
(Amigo, ¡no te apartes de mí! ¿Qué haré, qué
Será de mí si tú me
dejas?
3
Garid vos, ay yrmanelas,
¿com ̛
contener é meu mali?
Sin el habib non vivreyu
Ed volarei demndarei.
(Decid vosotras, oh
hermanillas, ¿cómo refrenaré mi pesar?
Sin el amado, yo no viviré, y volaré a
buscarlo.)
(1970, P. 7)
4
¿Qué faré, mamma?
Meu-l-habib est ̛ ad yana.
(¿Qué haré madre?
Mi amigo está a la puerta.
(Ibíd, P. 8)